Por Juan Camilo Ibáñez
Dejamos que el tiempo transcurra en nuestras vidas de una forma cada vez más clandestina. Preguntándonos día a día la razón de nuestro existir, pero ignorando que nuestra razón es el existir. Nos vemos inmersos en bromas y tragedias ajenas y poco a poco dejamos de vivir nuestra propia vida.
Seguimos los parámetros que nos establecen y olvidamos nuestros propios parámetros. Nos volvemos un zombi más, un títere más de una sociedad que se va alienando sin prestar resistencia.
Nunca tenemos tiempo para nada, pero siempre buscamos ocupar nuestro tiempo libre, y es en este punto, que nuestra vida se vuelve una paradoja, pues nuestro autoestima ya no nos pertenece, este se ha convertido en un término relativo que es moldeado por aquellos a quienes consideramos “ídolos” y a veces simplemente amigos. No queremos ser títeres pero nosotros mismos nos amarramos las cuerdas.
Durante siglos hemos luchado por la libertad, y hoy somos esclavos de nuestra rutina.
Cada vez tenemos herramientas más sofisticadas para ver las estrellas, y sin embargo, cada día nos alejamos más de ellas. Del mismo modo las ciudades se agrandan, pero nuestros espacios se achican. Cada día conocemos más gente y hacemos mas amigos pero cada día nos sentimos más solos, agrandando cada vez más nuestro propio vacío. Viviendo un presente nublado con odio y amargura por nuestros errores del pasado.
Confundimos amor con sexo. Sueños con ideas. Oraciones con peticiones. Amistad con necesidad. Hemos olvidado el perdón, la esperanza y el cariño.
Para un día despertarnos y darnos cuenta que nos encontramos en el tramo final, y descubrir que no fuimos más que un espectador en nuestras vidas.
Nuestra existencia debe ser como una estrella fugaz, un hermoso y breve instante en el tiempo en el que el cielo se ilumina.
2008-09-07
Es impresionante como se idealizan las formas de vida y como se establecen patrones de existencia; definitivamente es sorprendente. Y es aquí a donde estoy de acuerdo con el anterior autor al mencionar que nosotros mismos nos atamos las cuerdas. Sin embargo, difiero parcialmente respecto al punto de si esos seres humanos se las ponen inconscientemente. Por el contrario, considero que nos ponemos las cuerdas sabiendo muy bien lo que hacemos y seguimos confiadamente un modelo determinado ya sea social o religioso de vida. Es más nos sometemos a ser marionetas del sistema con "gusto". Por lo tanto, el punto y la cuestión que quiero traer a acotación es: ¿Existe un modelo apropiado y determinado de vida que todos los hombres debamos seguir? O ¿Los seremos humanos deben vivir libres, sin ataduras de ningún tipo, confiando solamente en sus instintos y su intuición?
ResponderEliminarAntes que nada, gracias por haber comentado!
ResponderEliminarPersonalmente pienso que la intuición del ser humano aun cuando juega un papel fundamental, tiende por su irreflexión e impulso a causar más daños de los que evita o atenúa. No resulta curioso que bajo estos parámetros los grandes errores que consideramos en nuestras vidas y que podemos ver en las vidas de los demás o en nuestro entorno social se deban a la irresistible tentación de seguir nuestros instintos, de suplir nuestras “necesidades”. Creo que si hay un determinado estilo de vida que todos debemos seguir, pero no resulta ser un estilo de vida autoritario o aquel donde el ser humano pierda sus cualidades y se convierta en el resultado de un molde, pienso que resulta ser todo lo contrario, un modelo de vida donde el individuo tiene prioridad, una prioridad que potencia sus cualidades a la vez que este sirve a su entorno, algo así como una cadena de favores.
Este escrito me tocó hasta la médula. Es una bocanada de aire en medio de esta densa realidad, el encontrar personas jóvenes que comparten mis preocupaciones, pero no de manera quejumbrosa y muchas veces vacua, sino con un ánimo constructivo que refuerza mi fe en la vida, en Dios y mi existencia.
ResponderEliminarMe alegra muchísimo que te hayas identificado con este mensaje! Siempre es un consuelo y un impulso encontrar a otras personas que piensan como uno, después de todo el ser humano es un ser social...
ResponderEliminarGracias por comentar!
No te conocía esta faceta Juanca.
ResponderEliminarSigue escribiendo más de estos, que refrescan mucho en medio de todas las noticias sin sentido que leo a diario.