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lunes, 27 de mayo de 2013

Nubes Tapando el Sol

Por Juan Camilo Ibáñez

Hay días nublados en que los rayos del sol se filtran antes de tocar la tierra. No por esto dejan de llamarse días y no por esto deja de existir el sol.

Si viviera yo en el fondo del océano, dudaría de la existencia de los pájaros. Pero si habitara cerca de la superficie, temería constantemente el ser atrapado por uno.

¿Deja de existir todo lo que no conozco o todo lo que no comprendo? De ser así, le universo nació conmigo y conmigo morirá. De ser así no hubo tiempo pasado y no habrá futuro.

Una visión simplista de la vida es aquella en la que existe lo que conozco y comprendo. Reducida a la nada queda mi posibilidad de crecer, siguiendo esta teoría, pues lo que no comprendo no existe y si no existe no podré aprenderlo.

Otra visión, algo egoísta, de la vida es aquella en la que existe lo que me afecta.

-“¿Sucedió?”.
-“Sí”.
-“¿Me afecta?”
-“No”.
-“Ah, entonces no sucedió”.

Reducida a la nada queda mi posibilidad de amar y conocer pues me vuelvo hermético a los problemas del mundo, encerrándome en mi propio universo y enrollándome en mi soberbia. Solo me esperará una existencia vacía y solitaria.

La última visión de la vida, parecida a la anterior pero con un matiz distinto, es aquella en que solo existe lo que me conviene. Hay necesidad en el mundo, ¿Cómo me beneficia ayudar? Filantropía vacía alimentada por el placer personal. Ayudo si me siento bien. Ayudo si estoy con ganas de ayudar. Ayudo si alguien se entera que voy a ayudar.

En esta doctrina solo haré lo que me conviene, solo pensaré lo que me conviene y solo creeré lo que me conviene. Todo lo que me saque de mi sitio de confort, todo lo que ponga en peligro mi bienestar (no mi bien sino mi bienestar), todo lo que exija un esfuerzo sin retribución, todo será desechado sin pensar.

La verdad a medias no es verdad, es una mentira disfrazada. Es desviarnos del camino metiéndonos por las espinas tratando de convencernos a cada paso que nunca nos hemos desviado. Es cerrar los ojos a la luz encerrándonos en nuestra propia oscuridad.

"Es evidente que existe la verdad. Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe. Si, pues, no existe la verdad, es verdad que la verdad no existe"

-Santo Tomás de Aquino


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