Por Juan Camilo Ibáñez
Hay
días nublados en que los rayos del sol se filtran antes de tocar la tierra. No
por esto dejan de llamarse días y no por esto deja de existir el sol.
Si
viviera yo en el fondo del océano, dudaría de la existencia de los pájaros.
Pero si habitara cerca de la superficie, temería constantemente el ser atrapado
por uno.
¿Deja
de existir todo lo que no conozco o todo lo que no comprendo? De ser así, le
universo nació conmigo y conmigo morirá. De ser así no hubo tiempo pasado y no
habrá futuro.
Una
visión simplista de la vida es aquella en la que existe lo que conozco y
comprendo. Reducida a la nada queda mi posibilidad de crecer, siguiendo esta
teoría, pues lo que no comprendo no existe y si no existe no podré aprenderlo.
Otra
visión, algo egoísta, de la vida es aquella en la que existe lo que me afecta.
-“¿Sucedió?”.
-“Sí”.
-“¿Me
afecta?”
-“No”.
-“Ah,
entonces no sucedió”.
Reducida
a la nada queda mi posibilidad de amar y conocer pues me vuelvo hermético a los
problemas del mundo, encerrándome en mi propio universo y enrollándome en mi
soberbia. Solo me esperará una existencia vacía y solitaria.
La
última visión de la vida, parecida a la anterior pero con un matiz distinto, es
aquella en que solo existe lo que me conviene. Hay necesidad en el mundo, ¿Cómo
me beneficia ayudar? Filantropía vacía alimentada por el placer personal. Ayudo
si me siento bien. Ayudo si estoy con ganas de ayudar. Ayudo si alguien se
entera que voy a ayudar.
En
esta doctrina solo haré lo que me conviene, solo pensaré lo que me conviene y
solo creeré lo que me conviene. Todo lo que me saque de mi sitio de confort,
todo lo que ponga en peligro mi bienestar (no mi bien sino mi bienestar), todo
lo que exija un esfuerzo sin retribución, todo será desechado sin pensar.
La
verdad a medias no es verdad, es una mentira disfrazada. Es desviarnos del
camino metiéndonos por las espinas tratando de convencernos a cada paso que
nunca nos hemos desviado. Es cerrar los ojos a la luz encerrándonos en nuestra
propia oscuridad.
"Es evidente que existe la
verdad. Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe.
Si, pues, no existe la verdad, es verdad que la verdad no existe"
-Santo
Tomás de Aquino
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