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martes, 23 de octubre de 2012

¿Por qué suceden los ciclones?

Por Juan Camilo Ibáñez

Un ciclón es un fluido que rota rápidamente en forma circular y que va en el mismo sentido que la tierra. Sin embargo, y como sucede con muchos otros eventos físicos, los ciclones también pueden suceder en el interior de cada persona. 

Los ciclones se forman básicamente por la fuerza que el mismo planeta ejerce al rotar donde hay baja presión. Es curioso como, a pesar de que la tierra gira constantemente y todos sus puntos se ven afectados, solo los puntos de baja presión son propensos a generar ciclones. El ser humano tiene una particularidad similar. Podrá vivir inmerso en una rutina durante años enteros, sin embargo es un pequeño detonante lo que dispara un ataque de rabia, una frustración, una depresión o cualquier tipo de malestar interno.
Muchas veces son los pequeños problemas los que generan nuestros ciclones. Un problema que nos atormenta y nos atrapa, empezamos a girar en torno a él y con esto arrastramos todo a nuestro alrededor afectando completamente nuestro ambiente. Nada hay más temeroso que ver acercarse un ciclón.

Sin embargo, resulta curioso que, usualmente, la persona que esta generando todo el ciclón no se da cuenta que lo hace. Esto en ciclogénesis se llama el ojo del ciclón, un lugar dentro de la tormenta donde todo parece permanecer en calma. Un lugar engañoso si duda pues alrededor todo esta siendo devastado y arrasado. Y es aquí justamente donde nos encontramos nosotros parados, seguros de que nadie nota nuestro “pequeño” problema o de que, simplemente, nada malo sucede.

Los ciclones suelen formarse en el océano. De allí toman toda su humedad y calor. Un ciclón solo acabará en el momento en que se vea disipado, y esto ocurre cuando se empieza a alejar de aquello que lo “nutre”, es decir cuando se aleja de esa zona húmeda y caliente y se adentra en aguas frías o incluso tierra adentro. 

El ser humano actúa igual en estas circunstancias. La única forma de finalizar un “ciclón humano” es alejándose de aquello que potencia el conflicto, tomando distancia para ver mejor, buscando alternativas distintas, buscando lugares más tranquilos que ayuden a apaciguar las cosas.

Cuando un ciclón finaliza no quiere decir que n vayan a haber más ciclones. Sin embargo, será imposible que sean los mismos vientos los que lo formen. Cuando pasa la tormenta, por más larga que haya sido, queda la enseñanza. No hay calma más grande ni sol más brillante que el que viene después de la tempestad. 

“Resulta muy difícil ver las cosas que están muy cerca. A veces es necesario alejarse para ver con mayor claridad”
-Sarah Hill

Bibliografía:
Glossary of Meteorology (June 2000). "Cyclonic circulation". American Meteorological Society. Retrieved 2008-09-17.

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