"La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo”
-Benedicto XVI
Siempre se
habla de la razón como la única diferencia entre los seres humanos y otros
animales. Sin embargo, es la fe la segunda ala del pájaro, la que lo eleva más
allá de su propia expectativa, la que lo llama a ver más, a ser más, a dar más.
Se ha dicho
en ocasiones que la fe cierra la mente y limita a los hombres. Pero la fe es el
verdadero potenciador del ser humano, ¿Quién puede operar la más compleja de
las máquinas sin tener instrucción de su creador? ¿Quién podrá alcanzar la
felicidad sin siquiera saber donde se encuentra ni como buscarla?
La fe es la
puerta y el camino para que la criatura se encuentre con su Creador. Es confiar
que el amor todo lo puede, todo lo espera y todo lo alcanza.
La fe es
creer que todos tenemos un propósito y que todos tenemos un sentido. Es saber
que aunque todo esta turbio llegará la luz, que aunque todo parece ir mal
llegaremos a un buen camino, que aunque el mal abunda triunfará el bien.
La fe es el
motor de la virtud. Es la principal impulsora del bien. Es luchar incansablemente
por lograr el cambio personal y el cambio del mundo entero.
La fe es el
camino de salvación. Es saber que no estamos perdidos, que no fuimos una
coincidencia del azar y un simple proceso en la evolución. Es saber que nuestros
errores tienen perdón y que nuestro sufrimiento tiene sentido.
La fe es la
luz que rompe la oscuridad. El calor que aparta el frio. La paz que impide la
intranquilidad. La felicidad que no termina nunca.
La fe es
saber que la muerte solo es un paso. Que si existe la unidad. Que podemos estar
tristes pero no deprimidos, moribundos pero no muertos, pobres pero siempre
ricos.
La fe es
estar siempre atentos del otro. Porque
la fe sin amor es fanatismo.
Poco faltará
para que alcances la fe y cambie tu vida, pues la fe no se alcanza sino se
recibe y para recibirla toca pedirla, y al recibirla toca luchar por
conservarla.
Porque para
prender una fogata basta un fosforo, pero un fosforo en el aire será apagado
por el viento.
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