Por Juan Camilo Ibáñez
La luz como verdad, tal vez no exista una forma más dulce
y acertada para expresar la forma en que la verdad se comporta. Tememos a lo
desconocido, sufrimos con la mentira, naufragamos con la ignorancia.
Oscura, vacía y sin sentido sería nuestra vida si no la
iluminara la verdad. En la luz nuestros pasos son seguros, nuestra visión
plena, nuestro corazón reposa en paz.
Si esto es así, ¿Por qué actuamos como hijos de la
oscuridad? Nuestros errores los tapamos con mentiras y nuestro corazón se angustia
ante el temor que salgan a la luz, y es así como, esa luz protectora, la
tachamos de enemiga.
Tememos a nuestra realidad, tratamos de tapar el sol con
un dedo y empezamos a vivir a la luz de las velas. ¿Qué pretendemos acaso?
¿Volvernos huraños, sombras de la noche que repelen y asustan?
Quien vive en la luz no teme a la luz. Quien vive en la
luz es generoso con esta y la lleva a quienes viven en tinieblas ara que su
vida se ilumine. De esta forma quien vive en la luz y de la luz es luz, y como
luz no teme a las tinieblas, pues estas se disipan ante la presencia de la luz.
“El hombre honesto no teme a la luz ni a la oscuridad”
-Thomas Fuller.
Excelente reflexión y totalmente cierta. Muchas gracias
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