Por Juan Camilo Ibáñez
Si todas las empresas del mundo, las que existen y las
que existirán, tomaran solo el 10% de sus utilidades y las dieran en donación, bastaría
para acabar con la miseria en el mundo.
Si todas las personas que habitan este mundo entregaran
el 10% de sus ingresos bastaría para acabar completamente con la pobreza en el
mundo.
Haber descubierto esto me ha puesto a pensar, ¿es acaso
la pobreza en el mundo consecuencia de nuestra falta de generosidad? Imposible,
había pobres antes de que naciéramos. ¿Pero qué pasa con los pobres de nuestro
tiempo? ¿No somos acaso responsables por ellos?
Si diéramos el 10% de nuestros ingresos y a eso, además,
le sumamos el 10% de nuestro tiempo estaríamos generando un cambio
significativo, no un cambio absoluto, no un cambio globalmente trascendental,
pero si un cambio personalmente trascendental, podríamos estar cambiando, la
vida de una persona, de una familia, su realidad, su futuro.
¿No vale eso la pena?
“Bueno es
dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos
entendedores. “
-Gibran
Jalil Gibran
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