Por Juan Camilo Ibáñez
Un día un joven recibió un baúl.
Paso largo tiempo pensando de donde provenía el baúl. Trató
de recordar si lo había pedido, pero por más que intentaba no recordaba haberlo
hecho. Sabía que él no lo había construido, después de todo no sabía construir
baúles. ¿De donde provenía, pues, aquel curioso baúl?
Miro atentamente alrededor del baúl en busca de señales,
pero no parecía haber nada. Que oportuno hubiese sido que viniera con un
manual, o al menos una nota. Decepcionado se sentó a un lado y comenzó a mirar
el baúl. Era un baúl hermoso, sin duda alguien lo había querido mucho.
El joven no lograba comprender porque había recibido un
baúl tan hermoso sin haber dado nada a cambio. Esto resultaba sumamente
extraño, pero había algo en aquel baúl que le inspiraba tranquilidad. Se sentía
sorprendido que alguien pudiese ser tan generoso y se preguntaba si el haría lo
mismo de tener la oportunidad.
¡Eso es! –se dijo- Partiré a un país lejano y pobre y
repartiré todo a aquellos que lo necesitan.
Sin perder tiempo organizó todos los preparativos, tomo
el baúl y emprendió el viaje.
Cuando llegó una gran multitud lo estaba esperando, después
de todo la generosidad siempre ha movido a las personas, y esto dio gran
satisfacción al joven. Sin más preámbulos abrió su baúl dispuesto a entregar
todo lo que en él había, pero su sorpresa no pudo ser mayor. El baúl estaba
vacío.
Se sintió muy avergonzado y decepcionado. ¿Por qué
alguien le daría un baúl vacío? Que clase de broma era aquella. ¿Qué entregaría
ahora a todas aquellas personas? ¿Qué podría entregarles si no había nada en su
baúl?
De pronto, el joven se iluminó, esa había sido la
pregunta clave. Para poder entregar algo él debía primero llenar su baúl,
después de todo nadie puede dar lo que no tiene. Para poder dar mucho debía
mantener su baúl lleno, cuanto más lleno más personas se verían beneficiadas y
más tendría que esforzarse él por mantener lleno su baúl.
Tal vez todos tengamos un baúl que espera ser llenado. Tal
vez muchos pueblos esperan a que ese baúl se llene para verse beneficiados. Tal
vez lo único que hace falta es empezar a llenar el baúl.
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