Translate

domingo, 9 de septiembre de 2012

Un Mundo Relativo


Por Luis Guillermo Venegas

Desde ya hace varios años entramos en un mundo donde no hay verdades objetivas y donde cada quien, guiado por sus instintos hedonistas, busca su propio placer. El mundo moderno ha dejado atrás todas esa verdades que para los antiguos eran universales y ha empezado a construir una sociedad en la que no hay nada definitivo, todo depende de…

Vivimos creyendo que este es el camino que nos va a llevar a la felicidad, creemos que estamos yendo por la senda correcta, un camino facilista que nos aparta de cualquier clase de esfuerzo y, sin darnos cuenta, nos obliga a vivir pensando sólo en nuestros intereses y pisoteando los de los demás.

Muchos filósofos y pensadores de los tiempos modernos se esfuerzan en hacernos creer que no hay verdades absolutas y que la moral es relativa. Dejando de lado que todos somos seres humanos, y aunque seamos distintos, tenemos en común una de las cosas más importantes: la naturaleza.

Somos seres humanos de naturaleza racional, no nos podemos dejar llevar únicamente por nuestros instintos, terminaríamos siendo como animales.  La racionalidad de los hombres nos debe llevar a pensar que la moral no es relativa, se es moral cuando se entiende que debemos actuar pensando más allá que en nuestros propios intereses egoístas.

Somos sociales por naturaleza y todos tenemos en esta vida un mismo fin: ser felices. No existe una persona en el mundo que sea capaz de afirmar que busca ser más infeliz cada día. Lo curioso es que si todos tenemos la misma naturaleza, ¿cómo es posible que muchos digan que no hay principios o verdades universales? Todos fuimos creados, nadie se dio la vida a sí mismo, nadie decidió por sí mismo si quería ser hombre o mujer, tampoco decidimos en qué familia o en qué lugar del mundo queríamos nacer. Entonces, ¿por qué nos gloriamos afirmando que somos dueños de nuestra propia vida si no nos la dimos nosotros mismos? La moral busca únicamente que los seres humanos hagamos lo que nuestra naturaleza les dicta, no que nos creamos dueños de algo que nosotros ni siquiera nos dimos.

“Cuando se admite que las situaciones reclaman algo de nosotros, más allá de nuestros placeres e intereses, es cuando entramos en el campo de la moral.” – Juan Luis Lorda

No hay comentarios:

Publicar un comentario