Por Juan Camilo Ibáñez
“Quizás
el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han
olvidado o, al menos, descuidado.”
-Martin
Luther King
Mucho
se ha escrito para guiar al hombre hacia una vida sin sufrimiento y llena de
comodidades. Sin embargo, a medida que el sufrimiento se acerca nuestras
decepciones se acrecientan pues no hay nada en este mundo que pueda alejarnos
del sufrimiento.
Si
el sufrimiento es un hecho, si es una situación que tarde o temprano llegará,
¿cómo debemos afrontarlo? Tal vez lo lógico resulte buscar evitarlo a toda
costa, llenar nuestra vida de facilidades y comodidades y, cuando el
sufrimiento ya sea inminente, simplemente apartarnos de este mundo. Una
respuesta cómoda a una situación incómoda. Una respuesta irresponsable a una
situación que amerita ser afrontada.
Lo
curioso del sufrimiento es que no hay rival que se le oponga. El sufrimiento
tumba a los más fuertes y desmotiva a los más alegres.
Sin
embargo, contrario a lo que se cree, la respuesta al sufrimiento no debe ser
evasiva. Pocas son las oportunidades que tiene el ser humano para identificarse
con la humanidad como la que le presenta el sufrimiento. Nosotros, los que
caminamos tranquilos por la vida sin mayor preocupación, que tenemos una cama
caliente y un plato de comida, que recibimos educación y salud, olvidamos
muchas veces el mundo doliente que existe afuera.
Pocos
son los momentos en que podemos crecer en paciencia y confianza, esperando
mejorar, sabiendo que no sufrimos en vano así como no vivimos en vano.
Creciendo en humildad y docilidad, recordando que no lo podemos todo ni lo
somos todo, que al mundo vinimos sin decidirlo y del mundo nos iremos igual.
Pocos
son los momentos en que logramos marcar corazones. En que nuestras decisiones,
fortaleza y valentía logran mover multitudes y cambiar vidas. Ese momento
específico en que nuestra humanidad, tan maltratada y humillada, se alza en
dignidad, recordándonos que lo importante no es evitar el sufrimiento sino amar
mientras se sufre.
Porque
si amas en el sufrimiento y logras ser feliz a pesar de él, amarás en cualquier
situación y a cualquier persona sin importar lo que suceda.
“Si
no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás
escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.”
-Viktor
Frankl
El sufrimiento lo frenamos en buena medida con toda una "mecánica psicológica":LOS INHIBIDORES DEL SENTIR
ResponderEliminar¿Por qué actuamos contra nuestro propio sentir en la vida...? ¿Por qué aceptamos no seguir a nuestro corazón...? Más allá de la culpa y de los juicios, hay un mecanismo que permite tal despropósito: los inhibidores del sentir
Os invito a conocer cómo actúan sobre nosotros, cómo logran que hagamos lo contrario de lo que deseamos de corazón:
http://www.youtube.com/watch?v=WbMThH4Y4Ik&feature=youtu.be
Estimado Carlos,
ResponderEliminarLei tu blog y encontré en el comienzo una similitud con algún artículo que escribí. Aquí lo pongo nuevamente.
http://juancaibanez.blogspot.com/2012/09/la-voz-interior.html
Gracias por escribir!