Aunque se tomase la fuerza de la más alta cascada, y se
juntasen más de mil estampidas. Aunque el empuje del viento y el impulso de las
olas se uniesen. Aunque el fuego flamease amenazante y el mundo entero temblase
bajo nuestros pies. Aún si se fundieran todos estos factores y la vida de un
hombre o la de su propia nación peligrasen en su extinción. Existe una fuerza invisible
que sin vacilar a todo se enfrentaría y lucharía hasta el mismo final.
¿A qué se debe que miles de pueblos hayan luchado por este
preciado bien? ¿Por qué millones de personas entregaron sin dudar su vida para
alcanzar este regalo? El ser humano puede ser despojado de todos sus bienes,
puede perder su familia, puede ser humillado y atormentado, manipulado y
torturado, pero existe un regalo más inmenso que la mortificación del
sufrimiento. Un bien tan preciado que defenderíamos con toda la fuerza de
nuestro ser si supiésemos que se encuentra amenazado.
Es la libertad lo que hace al ser humano, es la libertad lo
que le permite crecer y superarse, amar y ser amado, creer y confiar, olvidar y
perdonar, es la llave de nuestra esencia, la puerta de nuestro corazón, los
pies en nuestro camino. Si el ser humano pierde o entrega su libertad ya nada
le queda pues no será mas agente de su propio destino.
"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida."
-Miguel de Cervantes Saavedra
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